24 de julio, 2020.- Un salto inicial entre Joakim Noah, pívot de los Clippers, y Nikola Vucevic, su homólogo en los Magic, puso fin a 133 días sin partidos en la NBA.
Los de Los Ángeles y los anfitriones de Orlando acabaron con un parón que se había hecho eterno. La Liga estaba paralizada desde que el 12 de marzo se suspendieron los primeros partidos después de que se conociera el positivo por coronavirus de Rudy Gobert, pívot de los Jazz. Los tests más recientes han arrojado 346 negativos dentro de la burbuja. El plan está funcionando.
Fue sólo un simple amistoso, de 40 minutos en lugar de los 48 habituales, además, para no sobrecargar a los jugadores. Después se disputaron otros tres, los primeros de esta pretemporada exprés antes de la reanudación del próximo 30 de julio. Supieron a gloria. En el estreno ganaron los Clippers por 99-90, pero el resultado daba igual. Lo importante es que los balones volvieron a botar en la nueva normalidad de la NBA, que poco tiene que ver con la vieja.
Todo estaba realmente en silencio, así que tienes que traer tu propia energía. Nadie te la va a dar"
Aaron Gordon, jugador de los Magic.
The Arena, el pabellón principal donde se disputarán encuentros dentro de la burbuja de Disney World, presentaba un magnífico aspecto, aunque se pareciera más a las canchas donde se disputan partidos de las Ligas de Verano. Un gigante logo de la NBA presidía el centro de la pista. En uno de los laterales, el de la mesa de los anotadores, con grandes caracteres, podía leerse 'Black lives matter'. Los aires de protesta social presidirán la estancia en Orlando y los partidos. "Es extremadamente importante que esa frase esté en la cancha. Estoy orgulloso de que formemos parte de esto", dijo Lou Williams, el mejor del partido con 22 puntos en menos de 17 minutos saliendo desde el banquillo. Eso no ha cambiado.
Lo más extraordinario, por supuesto, la ausencia de aficionados. "Todo estaba realmente en silencio, así que tienes que traer tu propia energía. Nadie te la va a dar. Puedes escuchar todo lo que se dice en la pista", decía Aaron Gordon, estrella de los Magic. Hay efecto 'black out' oscureciendo lo que deberían ser las gradas para no dar sensación de vacío y grandes pantallas en las que se suelen leer las habituales frases de ánimo para los equipos. "La NBA ha hecho un trabajo increíble y lo ha organizado todo para que sea lo más cómodo posible para los jugadores", consideró Steve Clifford, entrenador local.
Las canastas fueron anunciadas por los locutores de los equipos cuando juegan como locales y algunos de los cánticos de ánimo habituales. "No sé para quién es esa experiencia, porque no hay aficionados, pero salió bien. Escuché los gritos de 'Defensa', pero una vez que estuve en pista, no los oí, no los sentí. Ya estaba centrado en el juego", aseguraba Williams.
En los banquillos había tres filas de sillas, todas con la distancia social entre ellas. Los miembros de los cuerpos técnicos lucían mascarillas. Lo bueno es que apenas necesitaron gritar para hacerse oír. "Después de esto voy a tener una voz mejor", bromeó Doc Rivers, entrenador de los Clippers. "Es diferente porque dependiendo de dónde estés sentado, es difícil estar tan involucrado en lo que está sucediendo como cuando estás sentado normalmente a pie de pista", explicaba Nikola Vucevic, pívot de los Magic, que acabó con 18 puntos y 10 rebotes.
Lo que hará falta es ritmo de juego. "Los jugadores estaban un poco cansados. Se podía ver que estaban un poco oxidados. Lou Williams me decía: 'He estado moviendo el trasero durante dos meses, pero no se parece en nada a los partidos", comentaba Rivers, que cree que en cuanto el balón está en juego todo el contexto se olvida: "Una vez que los jugadores entran entre las cuatro líneas, se sientes cómodos. Han vuelto a su hábitat natural".
Fuente: Diario MARCA