Podios panamericanos, mundiales y hasta Olímpicos. Con el disco, Yaimé Pérez y Denia Caballero han llevado a Cuba a lo alto en todo tipo de escenarios, y ahora ambas son esperanza de oro para la isla en Tokio. En el ranking mundial, Pérez ocupa el primer puesto, mientras Caballero no está lejos, siendo tercera. Solo la croata Sandra Perkovic, doble campeona Olímpica (Londres 2012 y Río 2016) las separa. Tokio 2020 promete ser una apasionante competición entre estas tres favoritas al título.
En el Mundial de Doha 2019, el lanzamiento de disco femenino fue la prueba que más contribuyó al medallero cubano, con dos de sus tres conquistas: oro de Pérez (69,17 m) y plata de Caballero (68,44 m). Este uno-dos fue una hazaña para el atletismo del país caribeño, incluso con toda su tradición atlética, ya que apenas fue la tercera vez que estas posiciones se lograban en una misma prueba en un Mundial. Pero no fue la primera vez que estas estrellas compartían tales puestos en el podio en un certamen de alto nivel. En los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, Caballero se llevó el oro (65,39 m) y Pérez la plata (64,99 m). Y tres años después, el orden se invirtió en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Barranquilla.
Si bien el camino hacia Doha había sido bastante exitoso para Pérez -campeona panamericana en Lima, mejor marca del año y victorias en la Liga Diamante- no siempre ha tenido la mejor de las experiencias en la cita ecuménica, ya que le tomó cuatro ediciones poder subir los peldaños del podio. "Este es mi cuarto Mundial. Antes siempre llegué en plena forma pero me fui sin preseas. Esto demuestra que nunca debes rendirte", dijo en la zona mixta del Khalifa Stadium, tras hacerse con el título, pese a haber sufrido una lesión en la espalda días antes. En ediciones anteriores, la atleta había sido 11° en Moscú 2013 y cuarta en Pekín 2015 y Londres 2017. Ahora vengo con más ambición que antes, soy una atleta que nunca se rinde, que siempre lucha porque lo que quiere, ahora pienso más en grande”, añadió la campeona mundial.
Tampoco para Caballero el camino ha sido fácil, pero reconoce los méritos de su compañera y rival. “Solo fui la primera en el 2015. Con estar entre las tres primeras me siento bien. Quería ganar el último Mundial, al igual que Perkovic. Ganó la mejor, la que más preparada estaba. Tuve dos temporadas muy malas en el 2018 y 2019, y para rematar, había fallado en el Panamericano en óptimas condiciones, y me derrumbé psicológicamente. Gracias al apoyo que recibí, me recuperé y el hecho de estar en el podio mundial después de todo significó un logro grandísimo”, sostuvo para Adelante en enero de este año. En 2015, Caballero pudo hacer sonar el himno cubano en el escenario mundial, al imponerse con 69,29 m, relegando a Perkovic al segundo puesto, y coronándose campeona mundial, el premio más importante de su carrera hasta ese momento. Un año más tarde, su palmarés se agrandó en Río 2016, donde se hizo con el bronce Olímpico.
Desde finales del año pasado, las atletas han tenido como base de entrenamiento la ciudad cubana de Camagüey. “Que nos enviaran para Camagüey resultó un paso fundamental. Teníamos que empezar la preparación, porque el mundo supuestamente se detuvo, pero cuando empezaron las competencias vimos que no, el nivel de las lanzadoras se mantuvo alto. Descubrimos que nos habíamos quedado atrás. Tocaba empezar”, dijo Caballero para el mismo medio. En medio de las condiciones que impone la pandemia, rescata lo positivo. “Ahora los entrenamientos comenzaron desde cero con todo lo que lleva. Tuvo algo positivo la cuarentena: significó un descanso que muchos necesitábamos, por el tiempo que llevamos con exigencia y con algunas lesiones. Sirvió para recuperarnos”, agregó.
Igualmente, se refirió a compartir base con Pérez: “Tener a Yaimé aquí es fundamental, aunque no entrenamos juntas. La rivalidad ha contribuido mucho a que el nivel del disco se mantenga. Ella no quiere perder y yo tampoco. Y eso ayuda a las muchachas más jóvenes. Nadie se quiere quedar atrás”. Y no lo han hecho. Desde febrero de este año, cuando lanzó 66,68 m en la segunda Prueba de Confrontación, en el Estadio Panamericano de La Habana, Pérez lidera el ranking mundial. Y en marzo, llevó su mejor marca del año a 67,73 m, también en la capital cubana. “He cumplido los objetivos trazados para esta primera estructura del entrenamiento. Aspiro a lograr una medalla. Es el sueño de todo atleta. Durante la preparación tratamos de mejorar la posición de la pierna izquierda en el esfuerzo final y el ángulo de salida del implemento”, dijo Pérez el mes pasado a Cuba Debate sobre sus proyecciones de cara a Tokio 2020.
Por su parte, su entrenadora, Hilda Elisa Ramos Manes, sostuvo al mismo medio: “La atleta está en óptima forma deportiva. Ha cumplido los objetivos propuestos para el primer macrociclo de entrenamiento. En estos meses comenzamos una segunda estructura de trabajo, más especial, para lograr mantener algunos objetivos. Nos propusimos que alcanzara los niveles físico y técnico que tenía antes de dejar de entrenar por la pandemia”. “Para mí el camino es largo. Puedo tener altas y bajas como todos los atletas, pero lo importante es superarse ante cualquier posición, negativa o positiva, porque también puedes tener una competencia muy buena y quedarte por el cielo y que la próxima resulte muy mala. Denia está preparada, enfocada para lo que venga”, explicó Caballero sobre la presente temporada. Aún cuando en el deporte no existen verdades absolutas, y siempre hay lugar para las sorpresas, la perseverancia de Denia Caballero y Yaimé Pérez podría dar frutos dorados a Cuba en Tokio 2020.
Fuente: Tokyo 2020
